CELEBRACIÓN DEL SAMPA.
El
sampa es uno de los "superalimentos" más completos que existen. Se
compone de estos nueve ingredientes, por supuesto ecológicos:
Trigo, soja, maíz, garbanzos, lentejas, azukis, cacahuetes, plátanos y miel.
Con
una bola, del tamaño de una pelota de ping pong, sustituyendo cada
comida, tienes todas tus necesidades nutricionales cubiertas.
El
pasado mes de diciembre en nuestra Posada, trás la tarea individual de cada participante,
que se ocupó de comprar y tostar (en hornos de leña, estufas etc), el
ingrediente que había elegido, celebramos la molienda de los ocho
ingredientes que componen el sampa y la unión de todos ellos con la
miel.
Festejamos
con una comida en comunión y posteriormente nos dedicamos a la
elaboración de bolitas para su posterior secado y guardado en frascos de
cristal, donde parece ser que duran 7 años.
Elaborar este producto, es árduo, por eso se aconseja hacerlo en grupo.
Aún así, como éramos 9 participantes, había que hacer mucha cantidad para repartir luego entre tod@s.
Utilizamos,
según la receta que nos llegó de Internet, 5 kg de cada ingrediente,
que cada uno tuvimos que ir tostando en bandejas poco a poco. De
plátanos hubo que comprar 25 kg, pues hay que descontar la piel, y de
miel, compramos 15 kg, siguiendo la teórica receta.
Digo teórica, porque en la práctica fuimos descubriendo algunas cosas imposibles de hacer según la receta primigenia.
Con 15 kg de miel, la masa no se amalgamaba y era imposible darle forma. Le tuvimos que poner 5 kg más.
Los plátanos, a no ser que se tengan secaderos profesionales, no se
pueden secar, así es que al final compramos plátanos deshidratados, que
también valen. Y no se os ocurra meter los cacahuetes tostados en el
molino de piedra, porque se atasca y deja de moler. Hay que machacarlos
con un mortero.
Doy
las gracias a tod@s l@s participantes, por su estupenda labor, y a la
Posada en transición por acogernos, para la celebración.
Desde que terminamos la elaboración de las bolas de sampa, estoy cenando una, junto con una manzana, todas las noches.
Tienen un sabor y una textura muy agradables al paladar, y te sientes nutrid@ al comerlas.
En
breve voy a probar durante 15 días, en un principio, a alimentarme con
una bola en cada comida. Le añadiré un vaso diario, del líquido
resultante de fermentar germinados de trigo y beberé toda el agua (de
manantial), que me pida el cuerpo. Ya os iré contando.
Alicia.